La familia bien, gracias.

De lost for words a lost at words. Cuando vuelvo a Lap land me reencuentro con lo que en su momento decidí no llevar conmigo. Lo que no me acompaña y permanece, siendo estático. Estático por oposición a dinámico. Estático que acaba convirtiéndose en un indicador. Multifunción velocímetro, brújula y cuentakilómetros. Y mira, mira qué viva estoy -le refiero cuando me pregunta, señalándome las venas y afluentes de mis antebrazos- me late en el torrente sanguíneo. Pero no lo entiende, no lo comprehende en toda su extensión, y es que las palabras son sól una parcelita, son esa especie de marco que aplico al enorme magma de ese fenómeno llamado curso vital. Como cuando una toma una foto y selecciona qué área de toda la realidad quiere capturar.
Me ocurre algo análogo a la vuelta de las vacaciones, cuando uno muestra esas capturas y el interlocutor cree hacerse una idea de lo que ha supuesto la estancia gracias a unos cuantos rectángulos con colores y formas. Se obvia lo dimensional, sensorial y sensitivo. Se desprecia lo realmente esencial, lo latente: lo vivo. Lo que subyace a todo aquello o, en términos literarios, el contexto, cotexto, intertexto, hipotexto e hipertexto.
De este modo, al verme en la tesitura de responder a un ¿qué tal? que comprende un periodo cronológicamente largo y expermientalmente ancho nunca sé bien qué palabras (o qué rectangulitos) elegir, y finalmente relato aconteceres, sucesos, anécdotas y hechos perfectamente situados en sus correspondientes coordenados espaciotemporales, con sus respectivas presentaciones, nudos y desenlaces, de forma que el que ha formulado la pregunta cree haber entendido y, por ende, comprendido algo y comienza a responder a mi ¿y tú?.
Y así funcionamos, hablamos de ganar, perder o afianzar confianza. De conocer a las personas. De tomar cafés y ponernos al día. De ver si hablamos más.
Así que hablamos y hablamos de todo esto, nos perdemos entre palabras, eludiendo el hecho de que lo único que cuenta es lo vivido y sentido comúnmente. Y de que el que no se haya escondido, tiempo ha tenido.

No hay comentarios: