Días extraños.

Sigue recto, hay un desvío, tómalo hasta el final; si hemos hecho algo mal, verás una señal.
Pero no iba a llegar y avanzamos igual como atraídos por el sol hacia su mismo centro.
En sólo un minuto vi mi vida cambiar.
Que sólo era un juego -te escuché- y volvimos a casa y todo el camino aquella extraña canción, parabambambám.

Nos fuimos mar adentro hasta donde nadie alcanzaba a ver con el agua al cuello me volví, te miré
y tú dijiste: "te podría matar y no se iba a enterar nadie,
cuando me pregunten yo diré que no llegaste nunca."
Hay días en que valdría más no salir de la cama.

No hay comentarios: